La masonería es una proceso de iniciación. Esto se basa esencialmente en el conocimiento de uno mismo, de otros hombres y mujeres, y del mundo en el que viven.
La masonería es un camino de desarrollo personal y espiritual desarrollando la mente, el cuerpo y el alma.
El progreso de inicio se lleva a cabo por grados que se presentan en diferentes ceremonias similar a los misterios del teatro medieval.
Cada Grado se refiere a momentos clave de nuestra existencia humana: nacimiento, educación, edad adulta, fin de la vida por ejemplo…
Físicamente, cuando nacemos, pasamos de las tinieblas a la luz. De la misma manera, el “nacimiento” masónico, llamado el primer Grado el comienzo de la iniciación. Nos lleva de las tinieblas de la ignorancia a la Luz del Conocimiento, es decir, al conocimiento de nosotros mismos. “Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y los dioses1“.
El primer Grado en la masonería comienza con la simulación de la “Oscuridad” de la ignorancia colocando físicamente al candidato en la oscuridad. De esta manera le ayudamos a entender el poder y el valor de la luz, a apreciarla y a buscarla en su corazón. En la jerga de los canteros, cada uno es una piedra bruta que se corta para construir su propia personalidad, responsable de sus acciones y de su destino.
El grados A continuación, se pretende profundizar en el conocimiento y tradición Masones. Todos ellos contribuyen al desarrollo personal de cada persona.
¿Qué representa la iniciación masónica en el siglo XXI?
Depende de cada individuo. Algunos dicen que es posible reconocer a un masón por su carácter, su comportamiento en la vida, su espiritualidad. Pero la mayoría de los masones dirán que convertirse en masón les ayuda a mejorarse a sí mismos, a mejorar moral e intelectualmente, a dar sentido a sus vidas, a mejorar sus relaciones con amigos y familiares, a dar sentido a cosas que antes eran confusas o difíciles para ellos, y a ganar nuevas fuerzas para construir un mundo mejor.
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